Gaudí, Los enigmas de su simbología

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«No vengan en busca de Gaudí, sino de buscar a través de Gaudí, … llegar más allá, conocer algo más sobre la esencia de su humanidad, algo que todavía hoy desconocemos”. (Etsuro Sotoo, maestro responsable de la escultura actual en la Sagrada Familia).

Habitualmente se asocia la simbología de Gaudí a la liturgia católica, fielmente ortodoxa … ¿Seguro?

Hoy entramos en el fascinante mundo de la simbología, que permite conjeturar desde distintas fuentes. Y el caso de Gaudí es paradigmático por el torrente de su simbología religiosa y porque no dejó nada escrito, lo que origina diferentes interpretaciones, a menudo contrapuestas. Como siempre abriremos más preguntas que respuestas hallaremos.

Todos sabemos de la religiosidad de Gaudí, que con el paso de los años llegó casi al fanatismo. La interpretación católica de su simbología es casi siempre evidente, pero a veces admite varias lecturas y, sobretodo, otra parte simplemente no encaja

Les avanzo 4 ejemplos:

1.- Farolas de la Plaça Reial, símbolo del caduceo de mercurio (muy similar pero distinto al caduceo de Esculapio  símbolo de la medicina, con una sola serpiente enrollada en la vara). Es un símbolo clásico de la Alquimia, del pentagrama esotérico, adoptado por la masonería.

2.-  El atanor del Park Güell el instrumento alquímico por excelencia,  el horno del alquimista donde se produce la fusión de la materia y el cambio espiritual,  hay uno casi idéntico en Notre Dame. En su interior vemos una piedra sin desbastar que para unos representa al iniciado masón (idea reforzada por las dos columnas) y para otros el primer grado de la perfección de la materia, el «huevo filosófico».

3.- Park Güell: dos estrellas de 5 puntas…invertidas. Descarten cualquier interpretación satánica. La mejor explicación la reveló Josep Mª Carandell: es la clave para descifrar un código, a partir de la posición de las puntas.  En el muro que rodea el parque hay una cenefa con la frase «Alabado sea por siempre el Santísimo Sacramento» La primera estrella nos indicaría que la reduzcamos a  «Alaba por» y la segunda que la volvamos a reducir a «Labor«, correspondiente a la Logia masónica en la que se mezclaban aspectos católicos y masónicos. Bonita teoría ¿pero verdadera?

4.- Fotografía del difunto Gaudí, el periodista Carlos Mesa revela que sobre su regazo lleva un mandil masónico.

¿Era Gaudí masón?  El debate tiene enjundia como vemos y cuenta con posturas muy enrocadas a favor y en contra. Antes de seguir, les avanzo que voy a llevar la contraria a todo el mundo, de todas las tendencias; sé que mi credibilidad online puede quedar menoscabada, pero tampoco necesito esforzarme para ello. Para evitar este descalabro, luego les daré la razón a todos 🙂

Les adelanto otras cuatro imágenes de la Sagrada Familia, su gran obra simbólica. La estructura sigue la liturgia y el rito católico a rajatabla, que Gaudí conocía muy bien, pero si ponemos la lupa aparece un utillaje simbólico que no parece corresponder al catolicismo ortodoxo:

(*) El cuadrado mágico de Cornelio Agripa, también utilizado por Durero.  Lo he hallado en 3 lugares de la SF, probablemente habrá más. Es un criptograma (algo similar al actual sudoku) que da un número clave, en este caso 33: horizontales, verticales y diagonales suman 33 y tiene 33 combinaciones. Puede referirse a la edad de Cristo (¿para qué codificarla?), ó a los 33 grados de la masonería, ó a la «vibración maestra» que las religiones orientales atribuyen a este número.

A la simbología de la Sagrada Familia dedicaremos un capítulo aparte, que lo merece. Sólo quería avanzarles algún ejemplo. Aquí vamos a rebatir las cuatro primeras imágenes:

1.- Farolas de la Plaça Reial: El caduceo de mercurio también es un potente símbolo gnóstico: con sus dos serpientes alrededor ascendentes y entrecruzadas formando «El Santo Ocho«, simboliza a Cristo y a sus dos testigos Elías y Moisés, como aparecen en la Transfiguración. En todo caso, el joven Gaudí estuvo muy ligado a movimientos librepensadores (el modernismo en sí), anarquistas y de lucha obrera. Vimos en el capítulo anterior «de Gaudí al cielo» su primera obra como estudiante en la Ciutadella, colaborando con Fontseré, reconocido masón. Ya como arquitecto su primer proyecto fue la Cooperativa Obrera de Mataró, proyecto que realizó en una escala poco habitual: 1/666.

2 y 3 .- Park Güell. Aceptemos  que toda la entrada es un camino iniciático, con sus 33 escalones hasta el primer promontorio, hacia un saber oculto… ¿Y si el masón era Eusebi Güell?. En Catalunya tenemos el dicho «qui paga mana«. Porque el Palau Güell sí que contiene elementos muy extraños: el águila bicéfala en la chimenea de la Sala de Confianza, una estrambótica lámpara en la que descubrimos que el conjunto de bombillas forma la constelación de Hércules , ó  un techo lleno de zafiros, esmeraldas  y otras piedras preciosas que al brillar en semioscuridad componen constelaciones…

4.- El mandil masónico: Refutación obvia: no se lo puso él…

El Ilustre profesor Joan Bassegoda Nonell , director de la Càtedra Gaudí, escribió hace años en La Vanguardia: «Quien quiera demostrar la pertenencia de Gaudí a la francmasonería debería encontrar su nombre en alguna de las logias que existieron en Barcelona en su tiempo. Lo demás es  especulación». Gran verdad, para desdicha de la masonería que hubiera querido «ficharle» su nombre jamás apareció en ninguna logia de Barcelona. ¿Y en Reus, uno de los polos de esta corriente en su juventud?

Una última lectura de su simbología: la del estudioso de origen chino Hou Tech-Chien : “Gaudí experimentó la iluminación tan común del budismo Zen. Fue un filósofo que expresó sus ideas a través de la arquitectura como metáfora … Tuvo su veta filosófica, pero nunca estudió filosofía, sino que se guió por la intuición. Sucede lo mismo en el Taoísmo».

Y no voy a especular sobre la coincidencia de que la masonería utiliza  el acrónimo GADU para referirse al Gran Arquitecto del Universo… ni sobre la firma de Gaudí, que es idéntica a la «G» alquímica.

Ya hemos anotado que Gaudí no escribió nada, ni libros ni artículos, no dio conferencias y si tenía alguna nota personal se quemó durante la Guerra Civil. Lo poco que sabemos es lo que transmitió a sus discípulos y  refiriéndose a la SF dijo: «Todo el mundo encuentra sus cosas en el templo: los campesinos ven gallinas y gallos; los científicos, los signos del zodíaco; los teólogos, la genealogía de Jesús; pero la explicación, el raciocinio, solo la saben los competentes y no se debe vulgarizar».

Cada uno ve lo que quiere ver. De los destacados biógrafos que hemos citado, Bassegoda es teólogo, Carandell era «librepensador«, Joan Llarch era anarquista… Para unos el Park Güell es un proyecto de exaltación de la mitología helenística,  para otros una vía de iniciación y otros ven la esencia de la filosofía zen.

¿Y acaso no era ese el objetivo de Gaudí? Acercar el ser humano a Dios, cualquiera que sea su convicción, a través de la belleza; conectarle con el Universo,  crear un estado místico a través de lugares de poder en los que -como escribió Aristóteles sobre los misterios- uno no va allí a aprender sino a experimentar.

Recordamos las palabras del maestro Sotoo: «No vengan en busca de Gaudí, sino de buscar a través de Gaudí.»

En próximos capítulos hablaremos de Dragones, salamandras, también nos detendremos en la belleza de los detalles gaudinianos -especialmente en el trencadís- y de cómo Gaudí diseñó la Sagrada Familia para que se proyecte a kilómetros de distancia.

Como tal vez este artículo ha despejado pocas dudas y ha creado numerosos interrogantes, estoy en Facebook a su disposición para cualquier comentario o pregunta, paz y amore.

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