Estoy valorando preparar 100.000 carnés de «Estudios@ de la obra de Chillida» para todos Ustedes, luego entenderán porqué. Creo que a Eduardo Chillida le gustaría la idea, porque además de genio era buena gente y tenía sentido del humor.
Chillida fue un soñador; un hombre que escuchaba a las piedras y les daba vida, un sabio de las propiedades elementales de la luz y el espacio, convirtió el hierro y el acero en moais abstractos de perfil sereno y transformó el cemento en un elemento fértil. Creo que conocí su obra mucho antes de verla, porque la había soñado; materia, vacío y simbolismo.
“Soy como un árbol, con las raíces en un país y las ramas abiertas al mundo” decía, y su ultimo sueño fue el Chillida-Leku: el caserío Zabalaga en un espacio mágico de jardines y bosques, que atesora el corazón de su obra. Tras un trabajo agotador lo inauguró en el año 2000, pero -ya fallecido- permanece cerrado desde hace cinco años por la crisis y la falta de acuerdo entre familia e instituciones.
Ahora, como colección privada, Zabalaga puede ser visitado y analizado sólo por estudiosos de su obra. Quizá este año en que Donostia es capital europea de la cultura, se pueda reabrir… De momento, a la vista que la situación no se desbloquea y que la obra tampoco se expone en las grandes temporales que se prometieron, voy a ir preparando los 100.000 carnés.
Mientras, nos queda su obra pública, tan importante en el concepto y la ejecución como en la ubicación, al convertirse en el centro de lugares de poder telúrico, en un altavoz de su poder y una antena que los conecta con el Universo. No hace falta abrir los ojos para saber que estás en un lugar mágico, aunque si los abres…
Tal vez Ustedes todavía no han leído el recomendable «Catálogo razonado de escultura. Obra completa de Chillida en cinco volúmenes» (Editorial Nere), pero les daré el carné…salvo a los que estén pensando «no me gusta el arte abstracto». Fuera prejuicios!
Su último proyecto, de momento solo un sueño, es Tindaya, en Fuerteventura, el monte sagrado de los bereberes canarios. Inspirado en un verso de Jorge Guillén, “lo profundo es el aire”, el escultor ideó tallar una cavidad cúbica de 50 metros en el interior de la montaña con dos chimeneas que lo conecten con el Universo.
El proyecto está bloqueado por temas medioambientales, de derechos de propiedad intelectual, técnicos, arqueológicos y presupuestarios. Con todo en contra, es difícil que se haga realidad, pero sí podemos imaginarlo, como lo ha hecho Sergio Casado en un extraordinario video que simula las proyecciones de luz en el interior, especialmente en momentos de solsticio, cuyo enlace a Youtube acompaño:
[highlight]https://www.youtube.com/watch?v=J1DEM0DmU3c[/highlight]