«Cuando fui al castillo de Púbol por primera vez, hace más de veinte años, y empecé a indagar, me pareció que la historia que nos estaban contando no se correspondía con la real» Estrella de Diego, comisaria de la exposición, ha investigado desde entonces la figura de Gala, con la complicidad de la Fundación Gala Dalí.
Todos conocemos a Gala… superficialmente. Y su prototipo de musa, modelo y de intrusa manipuladora de Salvador Dalí.
¿Desmontamos el mito? conviene recordar dos hechos previos que habitualmente se obvian:
Primero.- Antes de conocer a Dalí, Gala (Elena Ivánovna) ya había participado en París en la creación del grupo surrealista, junto a su primer esposo el poeta francés Paul Éluard, André Breton, Max Ernst y Louis Aragon.
Segundo.- Cuando Gala conoce a Dalí en Cadaqués a través del grupo surrealista y decide irse a vivir con él, Dalí solo era un pintor prometedor, Cadaqués un pequeño pueblo de pescadores en medio de la nada y convivían en un espacio minúsculo.
Probablemente el mayor pecado de Gala fue ser una mujer libre, culta, adelantada a su tiempo e imposible de encajar en ningún estereotipo femenino. Sin duda de personalidad compleja y poliédrica, tan surrealista como el propio Dalí, todos los que han indagado en su figura y han leído sus manuscritos coinciden en que fue el motor que ponía en acción el genio creativo de Éluard y de Dalí y que no solo fue musa, sino que colaboró activamente en la obra de ambos, aunque luego la firmaran ellos… hasta que el pintor decidió a partir de 1950 incluirla en su rúbrica: «Firmando mis obras como Gala-Dalí no hago más que dar nombre a una verdad existencial, porque no existiría sin mi gemela Gala«.
Dos seres extravagantes que formaron un universo común, repleto de excentricidades; «Todo buen pintor que aspire a crear auténticas obras de arte, antes de nada debe casarse con mi esposa» … «Amo a Gala más que a mi padre, más que a mi madre, más que a Picasso y más incluso que al dinero» (Dalí). .
«En el fondo, no sabes dónde acaba Gala y empieza Dalí» (Montserrat Aguer): Gala fue mucho más que musa y modelo: era su Administradora, corregía y sugería en la pintura de Dalí, también en sus escritos. No solo estimulaba su creatividad, también su concentración en el trabajo porque Dalí, que era muy vago, pintó por y para ella. Ejerció de marchante, al principio galería por galería abriendo puertas en París y NY, y sobretodo fue determinante en la que tal vez fue la mejor obra de Dalí: su personaje. El bigote y la media melena eran propios de él, inspirado en Velázquez, pero el método paranoico-crítico lleva la firma de ella.
Dalí se enamoró perdidamente porque vio en ella algo trascendente que luego trasladó a sus pinturas. Desde niño había presentido su llegada en la foto de una niña rusa que había en su colegio. Fue un amor platónico en el sentido más literal de Platón: andrógino y metafísico, lo que por definición excluye la relación sexual, que es física. Como la unión del yin y el yang ambos personajes formaron una unidad, un universo compartido; Dalí define a Gala como «la otra parte de sí mismo», su Beatriz de Dante, capaz de conducirle a estados alterados de conciencia, al éxtasis místico.
Se ha escrito a menudo que Gala lo absorbió y lo aisló de sus amigos. Dalí no tenía amigos, era el egocentrismo personificado. Probablemente sin Gala su inseguridad, sus miedos y su ego ilimitado le hubieran llevado a una pintura carente de profundidad. Nunca hubiera sido el genio que fue sin Gala.
También se ha escrito sobre la desmesurada ambición de Gala. Cuando se conocieron Gala también era artista, un espíritu libre, como revela la exposición, y la libertad creativa es incompatible con la ambición de dinero. Todo cambió en la etapa final de sus vidas: Gala cayó esclava de la ludopatía y como todo en ella de forma excesiva e incontrolada… viajaban a NY en barco porque había casino, que estaba abierto las 24 horas especialmente para Gala, durante toda la travesía. Entonces llegó el merchandising sin escrúpulos, las estatuillas de dudoso gusto y las pinturas de dudosa autoría. En esta última etapa la simbiosis entre ambos se rompió y su relación personal se deterioró gravemente. A pesar de las divergencias finales, cuando Gala falleció Dalí se dejó morir de inanición, había perdido el sentido de su vida.
Antes, todos los que conocieron a Gala coinciden en una cosa: sabía «cuando». Tal vez tenía un sexto sentido o tal vez son ciertos los rumores sobre su dominio del tarot y la Astrología, «Había algo irracional en el absoluto convencimiento de que sus ojos tenían poderes mágicos» (Buñuel). La mirada de Gala atraviesa las paredes, podrán comprobarlo en las extraordinarias fotografías de la exposición, pero también descubrirán otra Gala, divertida, sensual, creativa, elegante…
La muestra también incluye una gran colección de piezas, muchas inéditas, entre las que también destacan fotografías de las creaciones surrealistas de Gala -las piezas originales desaparecieron-, manuscritos, dibujos de Púbol y algún vestido (hay un Dior de dos piezas inolvidable). Y por supuesto un gran número de obras de Dalí con ella como modelo: dibujos y óleos entre los que encontramos alguna de las obras maestras de Dalí, muchas -pero no todas- procedentes del Teatre-Museu de Figueres, además de piezas de otros artistas que gravitaron en el universo de Gala: Max Ernst, Picasso, Man Ray, Cecil Beaton o BrassaÏ.
En definitiva -relata la comisaria Estrella de Diego, veinticinco años estudiando a Gala y capaz de contagiar su entusiasmo en cada frase- una exposición que nos desvela a Gala como la pieza que faltaba para completar el tablero surrealista, desde la colaboración literaria con su primer marido, el poeta Paul Éluard, hasta el papel que le corresponde como coautora del proyecto creativo de Dalí.
No dejen de hojear el catálogo de la exposición, una joya en sí mismo.
En el MNAC hasta el 14 de octubre de 2018. Finalizada
Entrada exposición: 8 €, Sábados a partir de las 15,00 h Gratuito
Compra anticipada: 7 € Compra anticipada online
Entrada General Museu: 12 €, válida para 2 días.
Horario: de martes a sábado, de 10 a 20 h
domingos y festivos, de 10 a 15 h
Lunes cerrado, salvo festivos.
Visitas Comentadas (a partir del 14 de julio): cada sábado, incluidas en la entrada
A las 11 h (castellano) y a las 12.30 h (català).
sugerimos reservar: 93 622 03 75
Web del MNAC
Web de la Fundació Gala-Salvador Dalí
Créditos:
portada: «Galatea de las esferas» ó «Gala Placidia», 1952. Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres
1: Obra estereoscópica, un autorretrato de ambos, 1972-73. Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres
2: «Tête à chateau” Autor desconocido. Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres
3: La Madona de Portlligat, (1ª versión) 1949. Haggerty Museum of Art, Fundació Gala-Salvador Dalí, VEGAP
4: Fotografía de Cecil Beaton, con la obra «Pareja con la cabeza llena de nubes», 1936. Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres
5: «Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar», 1944. Museo Thyssen-Bornemisza, Fundació Gala-Salvador Dalí, VEGAP
Gala Dalí