«Un bel di vedremo» Animada

Jonathan Hills ilustró con la magia y la delicadeza de las estampas japonesas una de las arias más conmovedoras de la ópera: «Un bel di vedremo» (un bello día veremos), de la Ópera «Madame Butterfly» compuesta por Giacomo Puccini en 1903.

La animación forma parte de la película «Opéra Imaginaire» (realizada por Pascal Roudin, 1993), una colección de arias animadas por grandes ilustradores.

En «Un bel di vedremo», «Madame Butterfly» («Cio-Cio-San») le expresa a su criada Suzuki la esperanza de que su marido, el teniente de marina Benjamin Franklin Pinkerton, regrese junto a ella.

Versión cantada por Felicia Weathers:


Maria Callas, interpretando «Un bel di vedremo»

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cartel realizado por Leopoldo Metlicovitz para el Estreno en 1904

Libreto original en Italiano:

Un bel dì, vedremo
Levarsi un fil di fumo
Sull’estremo confin del mare
E poi la nave appare
Poi la nave bianca
Entra nel porto, romba il suo saluto.
Vedi? Egli è venuto!
Io non gli scendo incontro, io no.
Mi metto là sul ciglio del colle
E aspetto, e aspetto gran tempo
E non mi pesa la lunga attesa.
E uscito dalla folla cittadina
Un uomo, un picciol punto
S’avvia per la collina.
Chi sarà? Chi sarà?
E come sarà giunto
Che dirà? Che dirà?
Chiamerà Butterfly dalla lontana
Io senza dar risposta
Me ne starò nascosta
Un po’ per celia,
E un po’ per non morire
Al primo incontro,
Ed egli al quanto in pena
Chiamerà, chiamerà :
«Piccina, mogliettina, olezzo di verbena»
I nomi che mi dava al suo venire.
Tutto questo avverrà,
te lo prometto
Tienti la tua paura!
Io con sicura fede.
L’aspetto.

Traducción al castellano:

Un bello día veremos
levantarse un hilo de humo
en el extremo confín del mar.
Y después aparece la nave.
la nave es blanca.
Entra en el puerto, truena su saludo.
¿Ves? ¡Ya ha llegado!
Yo no voy a su encuentro, yo no.
Me iré a la cima de la colina, y esperaré
y espero, mucho tiempo.
Pero la larga espera no me pesa
Y, salido de entre la multitud de la ciudad,
un hombre, un pequeño punto,
sube por la colina.
¿Quién será?, ¿quién será?
Y cuando esté aquí,
¿qué dirá?, ¿qué dirá?
Llamará: – Butterfly- desde la distancia;
yo sin responder.
Estaré escondida.
Un poco por broma,
y un poco, por no morir
nada más vernos.
Y él, el apenado,
llamará, llamará;
“Mujercita, fragancia de verbena”,
los nombres que solía llamarme, al llegar a mí.
Todo esto sucederá,
te lo prometo.
Ahuyenta tus temores,
¡Yo con segura fe,
Lo espero!

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