Veo reflejado lo más profundo de mi alma en muchas de sus obras. Mi admirado Francesc Miralles las describió como “un discurso de vida o muerte”. Creo que su proceso creativo alcanza la esencia de claves universales.
Desde su exposición en el año 2000 en el Mies Van der Rohe de Chicago, una trayectoria lúcida y exigente, siempre un paso avanzado a las corrientes contemporáneas, le ha catapultado en las capitales mundiales del Arte, siempre destacado por su magnetismo.
jordi pallarès